Los egiptonautas. Viaje
durante un período orbital- Raquel Sequeiro
-Estaba programado.
-¿Para qué?
-Para funcionar con
etanol.
Se rascó la cabeza
desnuda, dubitativo. No conocía a ninguno que funcionara con etanol.
El marcador de flujo en la espalda del autómata estaba en 60.
Observó el brillo metálico de los ojos y le colocó la cabeza
hierática, absolutamente pletórico; por oposición, Nefertosi se
reclinó con tranquilidad en una silla, al fondo de la enorme sala.
-¿Has visto esto?
-preguntó Apofis.
-¿Qué es?
Apofis había
encontrado algo entre los trastos viejos de la antigua oficina del
nomarca Amesovet.
-Habla de un aquelarre
-explicó, inclinado sobre el libro.
Nefertosi se acercó.
La peluca olía a incienso fresco.
-¿Brujas? ¿Qué es
eso?
-No lo sé, querida
Nefertosi, pero se juntan en claros de luna en un tradicional juego.
Veneraban a Akerbeltz.
-Una completa tumba
egipcia.
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