Terminaron
por sentirse doblegados, hundidos y cercenados, terminaron por
copiarse las palabras los juegos y los infames pensamientos,
terminaron embarullados en el principio que no era otro
que
el mismo principio de siempre igual de confuso. Terminaron atrapados
entre cuerdas, entre saltos al vacío y explicaciones demasiado
tontas. Terminaron perdidos, casi sin saber cómo mirarse. Terminaron
tomados de las manos, corriendo siempre hacia diferentes amaneceres,
cada cual más brillante.
Raquel Sequeiro & Alejandro Bentivoglio
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