viernes, 1 de noviembre de 2013

MARY POP

Mary no estaba en su casa. Mary no estaba en el tejado. Mary no estaba con el gato. Mary dejó de
estar ensangrentada, la ensangrentada Mary. Mary dejó el paraguas al entrar, el suelo resbaladizo por
la lluvia, mojado por el agua, el agua del paraguas escurriendo calle abajo. La cabeza de la
atolondrada Mary con los cabellos empapados.
No, Mary no estaba en su ataúd, la pobre Mary. Con sus uñas afiladas. Aquí no no hay niños, Mary, delante del espejo se puede pronunciar su nombre. ¿A qué vamos a jugar para justificarnos? La inocencia es el primer lastre que se abandona, oh, Mary, es que ya no hay caras felices. Pero creo lo sabías.
Tarde o temprano anochece.

Raquel Sequeiro & Alejandro Bentivoglio

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