La rata
Era una bruja de las mejores. Barría
la casa con la escoba y ¡voilá!, desaparecían todos los muebles y la
rata de la casa. Era ésta pequeña, peluda y enfadadiza, un tanto obtusa,
y lo peor era la estrecha largura de su hocico. Irene desmontó en
pedazos la fregona, se llevó el aspirador hasta el armario e intentó
mover la escoba, pero esta no le hizo caso. En estos instantes es la
rata, quien, agazapada, conseguía dar caza a la escoba, tumbarla,
amedrentarla y colocarla en su sitio.
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